La vi llorar calladita,
mi mariposa transformada en oruga
su llanto suena a gotera en madrugada,
angustiado,
necio,
penetrante,
cansado.
Duele tanto oirla llorar,
tanto como duele una muela picada,
tanto como una uña encarnada puede doler.
Gemido,
raya-punto,
pujido,
punto-raya,
suspiro largo,
suspiro corto,
se apaga,
se enciende,
se vuelve a prender en largo llorar.
No llores más mi estrella bella,
Mira que aunque la Mariposa se vista de seda,
el llanto igual se queda,
porque se convirtió en oruga mi mariposa,
y sus lágrimas
No hay poder que las pueda a callar.
Sutilmente fuerte
Respeto y admiro tu espíritu, dispuesto a que tu mariposa regrese a su estado natural. ¡Un abrazo para ambos!